que da a las almas del honor la vida;
si se eclipsa tu sol, Patria querida,
y sucede a la luz la noche aciaga.
Si el crimen prevalece y se propaga
su influencia corruptora y corrompida;
si en ti tan solo el desconcierto anida
y el exterminio a la honradez amaga.
Si todo ha muerto en ti, si ya ni aliento
de incorporarte en tu desdicha tienes
y está tu suelo para mi maldito...
Yo de ti Patria a mi pesar me ausento,
y hasta que luzca en tus radiosas sienes
la augusta libertad, seré proscrito.
Imagen de la Revista Ariel:
bibliografía:
ADIOS. (abril 1965)
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